Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado, y el principado sobre su hombro. Se llamará su nombre "Admirable consejero", "Dios fuerte", "Padre eterno", “Príncipe de paz". – Isaías 9:6
La Navidad es un
tiempo de recordar a Cristo nuestro Salvador; un tiempo que debe estar lleno de
alegría y gozo. Sin embargo, este tiempo puede llegar a ser muy estresante para
muchos. Tendemos a centrar nuestro enfoque en los regalos en vez de enfocarnos
en el Dador de todas las cosas – ¡Jesús! En Juan 3:16 aprendemos que Dios dio
a su único hijo para que todo aquel que crea en Él tuviera vida eterna. Al
igual, Jesús nos dio el regalo de salvación con su muerte en la cruz. ¡En esta
Navidad, retornemos nuestro enfoque en el regalo más grande dado a la
humanidad; Jesucristo nuestro Señor! ¡Celebremos el regalo de la vida eterna
que se encuentra sólo por Él y recuerda el sacrificio que lo hizo posible!
“Dios y Padre,
gracias por tu hijo Jesús que nacido en un pesebre, escarneció para traerme
salvación y vida eterna. Gracias, Jesús por tu inmenso amor por mí que te
mantuvo en esa cruz. Gracias por tu resurrección y por preparar morada para mí
en tu reino celestial. Esta Navidad celebro los regalos más grandes que yo
jamás podría recibir; el perdón y la salvación. ¡Eres mi Consejero Admirable,
mi Dios fuerte, mi Padre Eterno, mi Príncipe de Paz! Gracias Jesús. Amén.”
0 comentarios:
Publicar un comentario