Perdón

miércoles, 20 de marzo de 2013

Escritura: Bienaventurado aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y borrados sus pecados. Bienaventurado el hombre a quien no imputa Jehová la iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño. ~ Salmo 1:1-2

Pensamiento: ¿Has, alguna vez, hecho algo que te hizo sentir mal? ¿Algo que supiste estuvo mal y que ha mantenido secreto todo este tiempo? ¿O quizás todos saben lo que hiciste, o quien eras, y solo sientes que esa decisión equivocada, esa acción incorrecta no te ha permitido vivir en libertad? Quizá tu pecado no es que ha hecho algo tan agraviadamente terrible, pero ha pecado por omisión; no tomando medidas cuando lo debiste hacer, no cuidando suficiente en dar una mano de ayuda, o quizás, no viviendo según la palabra de Dios como sabías que lo tenías que hacer. Quizá ha repasado esa escena del tribunal en tu mente una y otra vez; como eres juzgado por tus actos. ¡Oye las acusaciones, oye los cargos y oyes el golpe del martillo del Juez mientras dice, "Culpable según sus cargos!”

¡Pues, tengo buenas noticias para ti! ¡Ya no tienes que vivir bajo la culpabilidad de tus pecados! ¿Por qué? ¡Porque no hay pecado que la sangre poderosa de Cristo Jesús no pueda limpiar! Puedes remover la carga del pecado en tu vida simplemente aceptando el regalo del perdón. ¡Sí, el “regalo!” Es gratis para todo aquel que lo quiera. Isaías 1:18 dice, “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”

¡Jesucristo, Hijo de Dios, llevo tus pecados y su carga a la cruz! ¡Él te redimió! Sí, Él te tenía en mente mientras estuvo en esa cruz y sí, te compró con Su sangre. ¿Quién haría eso por ti? ¡O, Él te amó tanto que tomó tu lugar para que tuvieras perdón y libertad en Él!

Salmo 86:4-5 dice, “Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.” ¡Solo tienes que clamar a Él! Y quizá piensas, “¿Cómo puedo clamar a Él si lo crucificaron en una cruz? ¡Ah, pero esta historia se pone mejor! Vez, el resucitó al tercer día y en este mismo momento está en el cielo; a la diestra del Padre intercediendo por ti. Sí, Él te está representando en el cielo ante el Padre y ¡Él es el mejor abogado que hay!

Ya perdonado, no hay razón para cargar con la culpabilidad. ¡Ya perdonado, ese pecado no va ser contado en contra de ti! Así que, alégrate que tus pecados han sido borrados y órale al Espíritu Santo para que te de fuerza para vivir rectamente. Confiesa tu pecado y has de Jesús tu Señor. Acepta este regalo de salvación y Jesús dirá, “Sé alegre, tus iniquidades han sido perdonadas y tus pecados han sido borrados. Has sido hallado, ¡INOCENTE!”



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